Por Antonio Álvarez
Las narrativas de subtramas en las que varias historias van encontrándose no son novedad si se recuerdan títulos de Quentin Tarantino (Pulp Fiction) o Alejandro González Iñárritu (Amores Perros), por mencionar a cineastas contemporáneos cuyas propuestas se reconocen por la creatividad que requiere hilvanar historias en tiempos narrativos distintos.
En el caso de Ryusuke Hamaguchi (Japón, 1978) parece encontrarse una forma distinta a estos directores occidentales. En La Ruleta de la fortuna y la fantasía (Sección Perlak) tres subtramas se conforman como historias unitarias donde se ahonda en la condición humana de una parte de la sociedad adulta nipona. El tiempo para Hamaguchi, en este caso, no va a estar determinado por el “cómo” estas historias se encuentran, sino por cómo nunca se encuentran en el terreno de lo físico.
Si se miran de afuera se podrán hallar elementos que permitirán acercarse a un panorama de la vida cotidiana de mujeres (auto) explorando su forma de actuar en medio de situaciones que las hacen cuestionarse pero también reivindicarse. Más que sorprender con arcos dramáticos, hay un diálogo directo entre sus personajes donde el deseo es el disruptor que desenmascara los roles sociales tradicionales sociales.
La observación se da hacia el interior de sociedades rígidas desde mujeres que desean caminos paralelos a vidas preestablecidas por un tiempo limitado, mostrándolas desde la posibilidad de construir su propia narración desde un lenguaje que las acompaña en este juego, sin efectismos, como cuando en el tercer capítulo, “Una vez más”, dos amigas juegan a volverse a reencontrar en unas escaleras eléctricas. Hamaguchi no vuelve a filmar sus reacciones de cerca, sino que observa esta dinámica con un poco más de lejanía al primer reencuentro. Pero no deja de conmovernos las reacciones y palabras entre ambas buscando cerrar un ciclo de un amor que no podrá ser. Su escapatoria a esa imposibilidad es dejar que ambas expresen lo que les gustaría decirse y la cámara de Yukiko lioka (Dirección de fotografía) las captura con la naturalidad con la que se ve a dos personas encontrándose casualmente por la calle.
Hamaguchi hace a sus personajes hablar con dilemas que no son ajenos en sociedades tradicionales. En esta ruleta de la fortuna y la fantasía, se encontrarán nuevas formas con las cuales imaginar vidas cotidianas que nos parecen simples y que aunque son complejas no dejan de ser humanas y por eso imperfectas. Pero las búsquedas de sus personajes serán las que harán que se mire con más sensibilidad e imaginación lo que acontece en una realidad simulada por normas como un juego donde el azar es tan inevitable como imaginar que las cosas puede ser diferentes, por lo menos en el ejercicio liberador que es la fantasía.