Trascendiendo el miedo: función de clausura con “Cosas que no hacemos”

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Por: Editorial

El pasado 15 de diciembre en CUÓRUM, Morelia presentamos la función de clausura de nuestra quinta edición con Cosas que no hacemos en compañía de Bruno Santamaría y Dayanara Cisneros

El pasado 15 de diciembre en Cinépolis Centro, en CUÓRUM, Morelia presentamos la función de clausura de nuestra quinta edición con Cosas que no hacemos de Bruno Santamaría, protagonizada por Dayanara Cisneros, quienes nos acompañaron para conversar la película. Estos cinco años, el objetivo de CUÓRUM ha sido brindar espacios para disfrutar y discutir el cine independiente con perspectiva de género, disidencias sexuales, vanguardia y experimentación, con fin de ampliar la experiencia cinematográfica del público y poner sujetos y temas periféricos al centro de las conversaciones. 

Ireri Ortíz, miembro del Comité de Selección, comenzó el evento recalcando que pesar de que la pandemia de COVID-19 nos abstuvo de vivir una experiencia como en ediciones pasadas (competencia de cortometrajes mexicanos, muestra de cortometrajes internacionales, etc.), este año tuvimos oportunidad de replantear nuestro camino aprovechando las nuevas tecnologías a través de conversatorios con cineastas, podcasts y camaradería entre festivales.

Para mí este festival es mi propio encuentro y espero que para ustedes también lo sea

Francisco Ramírez
Francisco Ramírez

Después de presentar el cineminuto Camelina de María Dianela Torres, Francisco Ramírez, Secretario Técnico de la Secretaría de Cultura de Michoacán, recibió al público con un mensaje que apeló a la tradición del festival por unir y convivir con otras realidades: “[CUÓRUM] Surge de la necesidad de encontrar y acercar al público con los cineastas en un espacio libre y cercano. Desde los albores en el año 2016 se ha buscado visibilizar el trabajo de cineastas quienes a través de las imágenes de sus proyectos, nos acercan a la diversidad muchas veces cuestionada, rechazada, repudiada e ignorada; miradas auténticas que se vuelven nuestro reflejo (…) Para mí este festival es mi propio encuentro y espero que para ustedes también lo sea.”

Tras la presentación de Ramírez se dio la bienvenida a Virginia Rico, integrante del Comité de Selección, quien agradeció la presencia del público para compartir desde la experiencia cinematográfica esta última proyección de 2020: “El cine documental en México vive uno de sus mejores momentos. La tradición del documental nos ha permitido contar con una gran herramienta vital para vernos reflejados y exigir los cambios necesarios para ser sociedades más justas e igualitarias”, dijo apuntando que el apoyo a la industria cinematográfica mexicana vive momentos de crisis, al igual que las disidencias sexuales en nuestro país, ocupando el segundo lugar mundial en violencia hacia la comunidad LGBTQ*. 

Es en este tenor que Rico presentó a Irene Valdivia, activista trans michoacana, quien, al recalcar la importancia de las artes para proponer discusiones pendientes como la igualdad, presentó la función estelar “[Cosas que no hacemos] es un ejemplo para nuestra comunidad, pero también para la sociedad acerca de las implicaciones que tiene una persona trans en un contexto de violencia y discriminación.” Posteriormente, Valdivia dio la bienvenida al director Bruno Santamaría y su protagonista, Dayanara Cisneros, quien celebraba su cumpleaños ese mismo día: “Es un momento bien complicado para reunirse, entonces se me pone la piel chinita ver una sala de cine con personas que vayan a ver la película”, mencionó Santamaría.

Creo que es muy bonito tener otra forma de representarnos tal cual somos, no cómo se estipula que somos

Irene Valdivia
Dayanara Cisneros, Ireri Ortíz e Irene Valdivia

Al finalizar la proyección, Valdivia comenzó el diálogo recalcando la intimidad que significa compartir “quiénes somos en un contexto en el que las personas trans estamos en el centro del debate, estamos siendo juzgadas (…) Creo que es muy bonito tener otra forma de representarnos tal cual somos, no cómo se estipula que somos”, dijo para después preguntarle a Cisneros cómo fue el proceso para decidir presentarse públicamente: “Yo tenía ese miedo de contarle a alguien quien yo quería realmente ser. Bruno se ganó totalmente mi confianza, fue a la única persona que yo se lo pude contar”, relata la protagonista al admitir que el mayor temor que tenía era contarle a su familia, por lo que estuvo pensando por mucho tiempo cómo hacerlo. “Recuerdo que fue un 27 de diciembre, va a ser una fecha que jamás voy a olvidar” dijo sobre la noche en la que les dijo a su mamá y papá quién es, recibiendo de ellxs apoyo y respeto.

Posteriormente, la activista le preguntó al director por qué asumió el papel para compartir la historia de Dayanara: “Fue muy intuitivo, algo así como un azar”. Santamaría relató que todo empezó escribiendo memorias de represión de identidad sexual, lo cual se transformó en querer entender cómo una persona madura: “Por mucho tiempo estuvo en mi cabeza la sangre (…) pero cuando llegué a El Roblito, había niños corriendo por todos lados, un montón de alegría, entonces fui entendiendo que hay capas de violencia que te hacen crecer (…) desde la más visible que puede ser una mancha de sangre hasta tener que guardar un secreto por miedo”, menciona el director que explica su trabajo como una búsqueda interior.

Al abrir diálogo con el público, el director habló sobre los viajes que realizó a El Roblito durante los cuales realizó proyecciones de películas, desde Chaplin hasta Margarita, su ópera prima. “El octavo viaje es el más intenso, el más bonito. Fue el que compuso el 85% de la película. Los siete viajes anteriores fueron preparando la relación”, menciona Santamaría para concluir que el trascender las adversidades que se presentaron, al final provocó evidenciar a sus personajes su compromiso y pasión.

Hay capas de violencia que te hacen crecer (…) desde la más visible que puede ser una mancha de sangre hasta tener que guardar un secreto por miedo

Bruno Santamaría
Bruno Santamaría y Dayanara Cisneros

Continuando con el Q&A surgió curiosidad por la escena de la cocina, una de las centrales de la película. Dayanara explicó que no hubo preparación: “Solamente era el momento, y era lo que yo estaba buscando (…) No me esperaba una reacción así de mi papá, y creo que fue lo que más me sorprendió”, menciona la protagonista cuyo comentario fue recibido con aplausos del público. 

Agradecemos a Bruno Santamaría y Dayanara Cisneros por compartir con nosotrxs sus historias para celebrar nuestro quinto aniversario y, junto con él, la inagotable, compleja y rica diversidad humana. También agradecemos especialmente al público que nos ha seguido por 5 años, particularmente durante este 2020, un tiempo tan incierto que urge más que nunca a luchar por la igualdad y reconocernos en lxs otrxs.

#conlafuerzademilflores

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Imágenes: José Gudiño para CUÓRUM Morelia

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