#FICG35 “Masculinidades tóxicas”: diálogo con Naro Pinosa y Luis Alberti, moderado por Antonio Álvarez

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Por: Editorial

En el marco del Premio Maguey, se llevó a cabo un diálogo virtual con el artista visual Naro Pinosa y el actor Luis Alberti sobre masculinidades tóxicas, su deconstrucción y replanteamiento a través del arte, el cual fue moderado por Antonio Álvarez, fundador y Director de Programación de CUÓRUM

El Premio Maguey del Festival Internacional de Cine de Guadalajara, ha realizado este año conversaciones virtuales sobre las nuevas concepciones del género y la sexualidad, incluyendo identidades trans y lo femenino como futuro. Acompañando estos paneles Antonio Álvarez, Director de Programación y miembro fundador de CUÓRUM Morelia, moderó una plática con el artista visual Naro Pinosa y el actor Luis Alberti sobre masculinidades tóxicas, su deconstrucción y replanteamiento a través del arte, con fin de abrir esquemas a partir de sus experiencias personales y profesionales.

La manera en la que se vive la sexualidad es construida por múltiples factores, desde religión hasta medios de comunicación, que eventualmente se internalizan como identidad, implicando también las intenciones ideológicas detrás de ellos, o inclusive sus rupturas. Es en este complejo terreno psico-social donde se da la reproducción de relaciones de poder en función al género, las cuales atacan a lo tipificado como femenino, encasillando en esta categoría a todo lo que no represente la masculinidad heterosexual, violenta, binaria y patriarcal, es decir, la masculinidad tóxica.

Luis Alberti explica que esta violencia se mantiene gracias a dos elementos: la falta de empatía acerca de lo que es considerado como Otredad, y el miedo infundido a través de una idea de maldad referente a ella, lo cual en conjunto compone el discurso hegemónico del ser. Por su parte, Naro Pinosa reflexionó sobre su propio trabajo y la manera en la que dicho discurso se ha filtrado, señalando el compromiso introspectivo que requiere romper con la normalización, o asimilación, del machismo dentro de las disidencias sexogenéricas.

El cine ha sido un medio para construir identidades

Luis Alberti

Álvarez abrió diálogo sobre la importancia de la representación en el cine más allá del sistema patriarcal, la violencia y la supremacía hetero-machista. “Las imágenes del cine forman parte de lo que representamos como sociedad (…) El cine ha sido un medio para construir identidades” planteó Alberti, quien definió El lugar sin límites (Arturo Risptein, 1978) como la película más representativa en su vida -y probablemente en México- respecto a lo que se vive como masculinidad, feminidad y machismo. Mientras tanto, haciendo alusión a su país de origen, Pinosa le atribuyó esta visibilidad al cine de Pedro Almodóvar, particularmente su etapa temprana, gracias a que ha logrado que mucha gente se reconozca en pantalla.

Pinosa también advirtió sobre el regreso de ideas de ultraderecha a España, hijas de la dictadura franquista, mantenidas incluso por jóvenes y mujeres. La manera en la que estos discursos de odio se expresan ha afectado la manera en que ciertos públicos reciben su obra: “No entiendo cómo diferentes colectivos puedan ver en mi obra algo ofensivo. Más bien, puedo comprenderlo, pero no puedo compartir ese sentimiento de rechazo”, menciona el artista que realizó la imagen para el Premio Maguey 2018, inspirada en Judy Garland y conmemorando el 50º aniversario de la Revuelta de Stonewall. El artista visual mencionó que su trabajo se rige por dejar de lado el miedo, y más bien concentrarse en lo que siente y quiere decir, sin embargo, menciona que el enfrentarse con censura no sólo limita la libertad creativa, sino que también te adentra en un juego de contacto con la sociedad en el que se experimenta qué tanto se puede expresar y qué se define por expresión.

En cuanto a su profesión, Alberti denomina la actuación como un acto de rebeldía, inherentemente político: “Es un diálogo con el contexto y eso no puede definirse de otra manera que a través de la diversidad”. En su carrera ha retratado una amplia gama de experiencias alrededor de lo queer, por lo que le encomienda al arte la búsqueda por la libertad y aceptación de quienes somos como seres humanos. Es así que el cine también es un campo de poder: a través de la pantalla se impregna un diálogo entre espectadorxs y representaciones. Al respecto habla sobre su proyecto Luciérnagas (2018) dirigido por Bani Khoshnoudi, quien entabla un puente entre Irán, El Salvador y Veracruz a partir de una historia de migración, sueños e identidades, donde el actor interpreta a Guillermo, un ex-integrante de la Mara Salvatrucha, quien busca una expresión como hombre más allá de la violencia.

Ojalá seamos Uno, porque somos Uno

Naro Pinosa
Visuales de Naro Pinosa para Maguey 2018

Tomando a Khoshnoudi como referente, Alberti explica la pertinencia de que una mujer hable sobre masculinidades -señalando que actualmente las feminidades también están en jaque-, del mismo modo que un hombre lo haga sobre feminidades. Esto lo justifica con tres ideas: la sexualidad es mutable e histórica, seres humanos somos interlocutorxs, y lo que nos construye es también la mirada de lxs otrxs. Así, el actor cree que actualmente se vive una paradoja: a la vez que buscamos romper los límites hegemónicos de las categorías, nos volvemos cada vez más divisivxs: “Estamos migrando de una estructura destructiva a una nueva propuesta para pesar el ser, que puede tener diferentes rostros y roles, ahí debemos ponernos de acuerdo”, concluye mencionado que es el ensimismamiento lo que permite los excesos del machismo y sus violencias, por lo tanto se debe incentivar al diálogo entre géneros y sexualidades.

Coincidiendo en la importancia de la unidad y en la deconstrucción de las estructuras interiorizadas, los tres panelistas recalcaron la necesidad de construir nuevos paradigmas. Álvarez finalizó esta conversación planteando la masculinidad tóxica como un sistema de prácticas ante el cual urge la reivindicación de las disidencias “más allá del arcoíris”. Pinosa reflexionó sobre la actualidad, sin saber definir si el mundo (o al menos España) ha mejorado o empeorado, sin embargo, recalcó la importancia de espacios como Premio Maguey y CUÓRUM para la visibilidad de historias y personas: “Ojalá seamos Uno, porque somos Uno”. Aunando a este espíritu Alberti concluye: “Ser hombre no tiene que pasar por ser verdugo”

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Imágenes: IMDb, FICG, UdG3D

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