Las historias con las que crecimos y la importancia de la representación

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Preguntamos en nuestras redes sociales cuál ha sido el personaje, película o serie LGBT+ que más nos han marcado en la vida, para valorar todo aquel esfuerzo que nos ha ayudado a entender a cada persona en sus diferentes dimensiones humanas, como su orientación sexual o identidad de género fuera de la heteronorma; aquellas historias que llegaron a  nosotrxs en un momento de confusión o de iniciación para ser pero un referente con el cual identificarnos. 

Ya sea de manera disimulada y personal como Lenny en El Espantatiburones (Dreamworks (director) 2004) o como en series que nos empoderaron, Xena, la princesa Guerrera. Los animes a quienes debemos una gran apertura en la televisión latinoamericana con Ranma 1/2, Sakura Card Captor, Sailor Moon y los Caballeros del Zodiaco. O en forma de series que directamente hablan de la orientación sexual como el caso The L World, Queer as Folk y por supuesto o Ru Paul Drag Race “creado por queers para queers”. Esta serie las catapultó al estrellato de la TV y el internet, abriendo un mundo para todas las que temíamos abrazar las lentejuelas.

  • Especialmente en el cine, las respuestas nos hicieron recordar historias emotivas y sensibles. Las historias costumbristas como Maurice (James Ivory 1987), Banquete de Bodas (Ang Lee 1993) o Madame Butterfly (David Cronenberg 1993).  
  • Las que nos enseñaron a luchar y enfrentar las transformaciones como Boys don’t Cry (Kimberly Peirce 1999) y Get Real (Simon Shore 1998). 
  • Algunas cuyo objetivo no era presentar al personaje y sus preferencias sino otro aspecto de su vida como Monster (Patty Jenkins 2003), las que nos enseñaron a abrazar lo que nuestro corazón nos dicta como Mulán (Bancroft, Cook 1998) y Billy Elliot (Stephen Daldry 2000). 
  • La más mencionada fue Prayers for Bobby (Russell Mulcahy 2009) donde la historia se centra en una madre que se da cuenta de lo grave que fue para su hijo el rechazo de la sociedad y su familia; seguida de Mi vida en Rosa (Alain Berliner 1997).
  • Las comedias But I’m a cheerleader (Jamie Babbit 1999) y Las aventuras de Priscilla, Reina del Desierto (Stephan Elliott 1994) “Because friends don’t let friends be gay”, y las que son más conceptuales como Querelle (Rainer Werner Fassbinder 1982) y Fucking Åmål (Lukas Moodysson1998) 

Este ejercicio, demostró que la representación LGBT es posible sin la ridiculización histórica creadora de estereotipos y mofas. Es posible y es necesario que exista una representación que nos identifique y nos dé respuestas que no hemos podido encontrar en el “mainstream”. Que estas respuestas nos hagan sentirnos incluidxs frente a una sociedad empatizando con la otredad. Reflexionad que las burlas y la discriminación terminan siendo los mayores problemas a los que el colectivo LGBT se ha tenido que enfrentar. Ese es el gran poder de estas propuestas: hacernos sentir partícipes.

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