Nuevas miradas al cine queer contemporáneo

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Texto: Arantxa Luna

Para Marthe Djilo, hacer cine nos hace “Conversar desde nuestra vida”, hablar desde nuestros cuerpos situados. Ella y Frieda Ekotto conversaron con el público de Cuórum durante su tercera jornada de actividades al presentar su película La vibración del silencio: una discusión con mis hermanas. A través de una serie de conversaciones entre mujeres de Camerún, todas marcadas por el proceso de colonización, se abrió el diálogo alrededor de temas como la sexualidad de occidente, el patriarcado interiorizado y el pensamiento crítico que abre posibilidades para romper yugos.

En un ejercicio doble que viajó de la pantalla al conversatorio final moderado por Mara Fortes, la conversación navegó hasta imaginar un mundo en donde las mujeres de negras y de color pudieran también ser parte del centro. La obra de Djilo y Ekotto hiló las experiencias de colegas y amigas que encontraron en el arte (la música, la pintura, la escritura) una forma de fortalecer los lazos entre ellas: “Mi corazón late fuerte”, declara una de las protagonistas de la película, una sentir que fue compartido por la actriz Esmeralda Pimentel, invitada especial del festival, que expresó su admiración al trabajo de ambas cineastas.

En este ánimo de diálogo y comunidad, el Pabellón Despertares, una actividad formativa dentro del festival, se enfocó en el tema “Nuevas miradas al cine queer contemporáneo”, moderado por el cineasta mexicano Chucho E. Quintero, en compañía de la actriz trans Romina Escobar, y el actor Luis Sodá, ambos protagonistas de Breve historia del planeta verde, de Santiago Loza. Enfocado en las narrativas de la película de Loza y de la película Adam, de Rhys Ernst, Chucho E. Quintero habló sobre su experiencia como director de cine queer y su postura al crear personajes de la disidencia sexo genérica que puedan enfrentar los estereotipos, propios y ajenos, dentro la comunidad.

La discusión entre Quintero, Escobar y Sodá lanzó cuestionamientos sobre las razones del por qué la identidad trans, por ejemplo, tiene que definir en la totalidad el rumbo de un personaje en una película. Con humor, Escobar y Sodá hablaron de su participación en la película de Loza, de sus vivencias profesionales y cerraron con dos interesantes posturas: ¿Por qué desde la disidencia tenemos que dar siempre explicaciones?, y Romina Escobar, por su lado, dijo que así como a un actor o actriz cis les dan papeles para interpretar a una persona trans, ¿por qué a las actrices trans no les dan papeles para ser, simplemente, humanos?

El tercer día de actividades de Cuórum cerró con la proyección de dos películas contundentes: el Premio Maguey 2019 otorgado por el Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG): One Taxi Ride, de Mak Chun Kit, y la ganadora en el Festival Internacional LGBT de Tel Aviv, Nevrland, de Gregor Schmidinger. Por medio del compartir experiencias dolorosas y de cambio, Erick Cid, protagonista de One Taxi Ride, habló sobre romper el silencio como una forma de obtener justicia ante las violencias que aquejan a la comunidad gay. Con un recibimiento caluroso y empático de los espectadores, la historia de Erick, víctima de violación, tensionó el ideal de masculinidad y la opresión impuesta por una sociedad patriarcal. Por su lado, la obra de Schmidinger, presentada en una función especial de Árbol Rojo, aliada de Cuórum, extendió el debate a la salud mental, el estrés y la ansiedad con la que se puede vivir en una sociedad como esta: tan temerosa de la otredad.

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