“Yo y el Sr Mauri”, abriendo puentes de diálogo

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Texto: Arantxa Luna

Osa y Lola, madre e hija chicanas, tomaron su cámara y filmaron a sus más queridos amigos y amigas antes de que la hecatombe trastocara sus vidas. Frente a la cámara, estos seres entrañables mostraron su cuerpo: un mapa de cicatrices que trazó su lucha política y social para que las disidencias sexo genéricas tuvieran el reconocimiento de una vida digna como portadoras de VIH.

Ante ese panorama de exclusión, ¿cómo preservar la memoria para que esta lucha no se diluya? En su segundo día de actividades, Cuórum dialogó con las posibilidades de hacer que el cuerpo hable, de sanar y reconciliar a través de la creación. Osa de la Riva, directora de Yo y el Sr. Mauri, fue la encargada de abrir puentes de diálogo frente a esta interrogante. En un conversatorio integrado por ella, el historiador Sergio de la Mora, Carlos Bonfil, crítico de cine; Antonio Harfuch, director de Cuórum, y Mara Fortes, co-fundadora de Cuórum, se habló de las posibilidades de situarse con orgullo ante la muerte como una manera de desafiar a la colectividad que los rechazó.

“Esta obra es para ellos”, señaló Osa de la Riva, “Sí, es un documental acerca de la muerte, de la vida, pero también de la felicidad que vivimos cuando nos filmábamos”, esta sensibilidad y respeto hacía la otredad siguió después del conversatorio con la proyección de José, de Li Cheng. Con la presentación de la crítica de cine Fabiola Santiago, la obra de Cheng nos llevó a una Guatemala que mira con recelo a su comunidad homosexual. Entre la clandestinidad y la incertidumbre del futuro, José miró los cuerpos de sus protagonistas doblemente vulnerados: hombres de la clase trabajadora que viven su sexualidad entre los laberintos del tercer mundo.

¿Mostrar el cuerpo también puede ser iluminador? Nuevamente la sala llena del Centro Cultural Clavijero, se proyectó el Programa II de cortometrajes mexicanos en competencia. Con la presencia de guionistas, realizadores y realizadoras, actrices y actores, los rostros jóvenes volvieron a predominar como una de las principales fuentes de creación de cine con temática LGBTTTI en el país. El público, entusiasta con este segundo programa, pudo votar por su cortometraje favorito para el Premio del público.

Para cerrar la jornada, con la luminosidad de la resistencia a flor de piel, el director estadounidense Rhys Ernst presentó Adam, su más reciente película. Si mostrar el  cuerpo hasta ahora había sido a través de la tensión, Ernst reconfiguró la noche al cuestionar los privilegios de las personas cis género por medio de la comedia. Con un cálido recibimiento de todo el público, el director señaló en un conversatorio final, acompañado por Mara Fortes y Alejandra Bogue, que su interés era crear una película que fuera recibida por un público diverso. Al igual que Adam, So pretty, de la directora Jessie Jeffrey Dunn Rovinelli, regresa a los cuerpos trans como vehículos de exploración política y estética. Entre la ficción y el documental, las experiencias de personas que encuentran en los afectos, el arte y la comunidad, una manera de ver en el gozo una forma de libertad.


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