POR: ANTONIO HARFUCH
Destacado por su apoyo al cine independiente, Sundance ha descubierto, y continúa descubriendo, a directores que hoy son de renombre. En esta edición, el festival lució una programación formidable que promete tanto estrenos comerciales como nominaciones a los Oscar de 2020 en la categoría de documentales, todos ellos alrededor de personalidades o eventos controversiales.
De la confianza a la decepción: el impacto de Ted Bundy se vuelve una historia controvertida en una sociedad, como muchas otras, a la que quizá no le guste ver sus heridas o a peor aún, a miembros de sus familias como los atacantes. El Rey del Pop, Michael Jackson, es presentado en un documental de más de 4 horas desde la voz de las personas de las que abusó sexualmente cuando tenían menos de 10 años de edad, ingresando a la lista de aquellos criminales que murieron sin pedir perdón, como el mexicano Marcial Maciel.
Otro engaño que llegó a las pantallas grandes de Sundance es el de Harvey Weinstein, figura indispensable de Hollywood y del movimiento Me Too cuyo abuso de poder se muestra en el documental Untouchable de Ursula Macfarlane; y si de crecer en Hollywood se trata, Shia LaBeouf escribe su autobiografía en Honeyboy y la hostilidad que vivió en su adolescencia y juventud, la cual fue comprendida y compartida por su directora, Alma Ha’rel.
El fin de la Política de un Solo Hijo en China, trae de vuelta a la directora china Nanfu Wang quien, con su hijo recién nacido, busca reconciliarse con el pasado oscuro de su país que parece comenzar otro nuevo capítulo, que continúa oscuro. Mientras que Clemency de Chinonye Chukwu hace un retrato desgarrador y ficcionado sobre la lucha moral interna de una guardia de hielo cuyo trabajo es llevar a los prisioneros a la pena de muerte en una cárcel de Estados Unidos.
Aquí una muestra de la lucidez que deja Sundance 2019 al cine llevada de la mano de una cobertura excepcional que cada año, desde 1996, realiza la revista Indiewire con críticos como Anne Thompson, Eric Kohn y Kate Erbland.
De la confianza a la decepción
Extremely Wicked, Shockingly Evil and Vile (Joe Berlinger, 2019) que reexamina la vida del célebre y fotogénico asesino serial de Estados Unidos, Ted Bundy (Zac Efron). El título se compone de las palabras con las que el juez Edward Cowart (John Malkovich) condenó a Bundy con la pena de muerte hace 30 años. La innovación de la película es que es contada desde la perspectiva de su novia Elizabeth Kloepfer (Lilly Collins), quien sufre por reconciliarse con una verdad dolorosamente de aceptar.
Con críticas polarizadas entre si la película romantiza o trivializa el actuar de Bundy, el director Joe Berlinger comentó en el estudio de Indiewire que la crítica de cine actual es hecha por “mucha gente con agenda, que se rehúsa a ver la película como es porque quieren que su crítica encaje en su agenda”. El director dijo llevar más de 25 años abogando por víctimas en el sistema de justicia criminal de Estados Unidos hasta lograr cambios en las leyes de víctimas y la salida de persona erróneamente acusadas.
Para él, la película encuentra su razón de ser en exponer el tema de la confianza, las consecuencias de las mentiras y la decepción, de forma que el público pueda vivir la experiencia de ser víctima. “Como padre de familia de la edad de las víctimas de Bundy, hay una lección que quiero que tengan: el significado profundo y la razón de ser de esta película es eso, que las personas necesitan ganarse tu confianza”. Puntualizó que Estados Unidos (5% de la población mundial) cuenta con el 67% de asesinos seriales.
La crítica de Indiewire, Kate Erbland, escribió que el filme “desmitifica al asesino serial desde la mujer que lo amaba” destacando la actuación de Efron quien sabe moverse en cada uno de los tiempos de esta historia compleja sin olvidar la vileza de a quien interpreta. Zac Efron por su parte ha comentando que la película cuenta una historia y de cierta forma, el cómo el mundo estuvo encantado por esta persona que era notoriamente malo, así como la posición en la que muchas personas estuvieron y el propio mundo”.
Leaving Neverland: bienvenidos a la lista negra de los pederastas más famosos.
Las historias de pederastas aparentemente tienen un ciclo común. Los crímenes atroces cometidos por Marcial Maciel a sus hijos y a los legionarios de Cristo fueron muy cuestionados cuando el periodista Ciro Gómez Leyva sacó un reportaje en 1997 en el diario Hartford Courant sobre un grupo de mexicanos mayores de edad, presuntamente abusados por el sacerdote. El Canal 40 terminó por ser censurado y los contra ataques de los Legionarios de Cristo y adeptos del Regnum Christi no se hicieron esperar, acusando que se trataba de un complot contra el Vaticano.
Leaving Neverland (Dan Reed, 2017) sobre el caso de otra figura polémica, Michael Jackson, no es muy distinta a la de Marcial Maciel. Ambos eran adorados por sus fieles y fanáticos que los coronaban con nombres artísticos como Nuestro Padre o El Rey del Pop. Los escándalos de Michael Jackson tienen dimensiones distintas ya que hasta hoy se comienzan a articular testimonios gracias al documental de 4 horas de HBO y CHANNEL 4. La película hace un favor a su tiempo: si hay que hacer justicia, hay que cuestionar el mundo.
Wade Robson y James Safechuck fueron esos niños de 7 y 10 años respectivamente que fueron entregados al Rey. Hoy, a sus treinta años, protagonizan este relato junto con sus familias para hablar de los actos sexuales que mantenían Michael Jackson, tales como masturbación mutua, sexo oral y anal, juguetes sexuales, pornografía, acompañada de alcohol. El diario New York Times, escribe que como parte de los métodos que ejercía Jackson para que no hablaran era la amenaza de meterlos a la cárcel, así como una “boda secreta” en la que Safechuck tendría un anillo y joyas a manera de intercambio por favores sexuales. Ambos en 2005 negaron los abusos hasta la muerte de Michael Jackson, cuando pudieron demandar.
Anne Thompson de la revista Indiewire cuenta que la función tuvo una ovación de pie para cuando entraron a la sala ambos testigos, quienes estaban muy conmovidos. Para Thompson se trata de “testimonios devastadores donde Reed hace hablar a sus víctimas de modo simple y directo, concentrándose en las familias y alejándolos del circo que es Michael Jackson y Neverland.”
Grandes engaños, grandes figuras: Harvey Weinsten el intocable
Otra figura de Hollywood que usó su poder para abusar y acallar a sus víctimas fue Harvey Weinstein, quien también entra a la lista de los criminales de este listado con la diferencia de que éste se encuentra vivo, aunque no encarcelado.
La directora Ursula Macfarlane presenta su historia como una tragedia griega, el ascenso y la caída de uno de los nombres más sonados desde que el New York Times presentó el primer caso de abuso sexual del productor quien ofrecía a actrices y modelos una carrera profesional prometedora a cambio de actos sexuales.
En el documental se discute el consenso, ya que mientras Weinstein se defiende alegando que el sexo que sostuvo con sus acusadores, fue consensual, las víctimas defienden lo contrario. Hoy en día, lo que parecía un momento histórico en Hollywood con la aparición del movimiento #MeToo, se ha convertido en una situación difícil para las acusadoras.
Lo que destacan la directora y su productor Jonathan Chinn en el artículo de Anne Thompson, es que más que conformar el retrato de la maldad de Weinstein, se trata de “explorar los mecanismos de cómo el poder opera en Hollywood”. La reflexión consecuente es la idea de que una industria poderosa y creadora de valores culturales, era movida por el temperamento de un personaje detestable, pero también sirve como prueba de que los mismos mecanismos se repiten en otras industrias o lugares de trabajo.
El documental cuenta con pocos testimonios gracias al miedo de las víctimas de que sus carreras se vean truncadas, sin embargo, quienes aparecen logran abrirse y revelarse. Actrices como Rossana Arquette, Paz de la Huerta y ex trabajadores conforman este relato documental que va más allá del trazo, abriendo la puerta a la complejidad de un crimen que sucedió y sigue sucediendo. La película hasta el día de hoy no ha encontrado distribuidor.
Tregua para la liberación.
En Clemency de Chinonye Chukwu, Alfre Woodard (Bernandine Williams) es una bomba a punto de explotar. La firmeza de su actuar, sus pausas al hablar, el silencio de sus movimientos son sólo un método para encubrir las emociones que sufre al ser la responsable de llevar a hombres a su condena de muerte en una prisión. La película toma a su protagonista como el eje esencial del drama. Al respecto Erick Kohn de Indiewire escribe: “Woodard imprime el drama a través de una tentadora pero desesperanzadora posibilidad de que la humanidad dé un paso hacia atrás”. Kohn destaca la interpretación pero también la rudeza del relato sobre todo en la firme responsabilidad que tiene el personaje de Woodard con la pena de muerte como profesión. También explica los tintes melodramáticos en la vida privada de Woodard con su marido, “sin que los actores sobreactúen en sus discusiones ni en sus problemas justificados por la presión del trabajo de Woodard”. La asfixia en la narración no termina y se incrementa a niveles desgarradores cuando el tiempo se ha acabado y llega la hora de la sentencia sin remedio.
La directora lleva al público a sentir clemencia por alguien que cumple un trabajo de alta presión, o por otra persona que dice ser inocente y se encuentra en una montaña rusa que va a de la confianza a la desesperanza. Woodard actúa estoica porque su trabajo le exige luchar contra la esencia del contacto humano. Por sus batallas interiores y por la posibilidad de llevarlas afuera Eric Kohn menciona “Clemency también se refiere a una búsqueda personal para la exoneración del alma”.
Clemency consigue ser un estudio del personaje como ser humano en un contexto donde su moral está a prueba. Se distancia del caos de afuera por las protestas en contra de la pena letal pero se acerca a quienes la rodean íntimamente. La película fue galardonada con el Gran Premio del Jurado de Sundance en la Competencia de Estados Unidos lo que colocó a Chukwu como la primera mujer afroamericana en recibir este reconocimiento.
El regreso a un país genocida: One Child Nation
La política de un solo hijo por familia en China fue cesada en 2015, sólo para comenzar una nueva, la política que ahora permite solo dos. El interés por los impactos que generó esta política en la sociedad de China, son analizados por la directora Nanfu Wang junto con Jialing Zhang, ambos egresados de NYU, quienes hicieron un filme ensayístico en donde Wang intenta reconciliarse con un pasado y cerrar un capítulo oscuro de su país, movida por el nacimiento de su nuevo hijo.
Eric Kohn en su crítica para Indiewire comenta que en su papel como madre, Wang reflexiona sobre el destino de su hijo si es que hubiera nacido en China, “logra fusionar un amplio espectro temático con su propio punto de vista desde el recurso del voice over”. En esta reflexión, Wang confronta los testimonios de su propia familia (cercana y extendida) para mostrar una postura conflictuada de decisiones que tuvieron que hacer frente a un gobierno excesivamente controlador de su población. “Cuando cada decisión de vida es hecha por alguien más, es difícil sentirse responsable por las consecuencias”, comenta Wang.
Wang aporta a su documental una investigación con material de archivo donde recién nacidas mujeres, segundos hijos o gemelos eran abortados, confiscados, abandonados o “descartados” a redes de tráfico de personas. Con una “lente personal”, Wang muestra cómo estas acciones destructivas afectaron a varias generaciones de un país a través de mecanismos de propaganda basados en las inclinaciones sexistas de una sociedad en donde ser mujer implica ser inferior.
El documental de Wang revela los horrores que un país ha querido ocultar. Su observación es auténtica porque la hace desde su propio entorno y desde la voz de sus familiares que temen represalias del gobierno autoritario. Wang se responsabiliza desde su intimidad para reconciliarse con su país y causa una catarsis colectiva de sanación. Combina la intimidad de su relato con la evidencia de archivo de una política que marcó una época (1979-2015) para expiar a su pueblo de culpas que nunca les pertenecieron y que deben dejarles de pertenecer.
Crecer, morir y revivir en tiempos modernos: Honeyboy
Existe una curiosidad detrás del actor Shia LaBeouf (American Honey, 2016) gracias a apariciones públicas que van desde desfilar por la Berlinale con una máscara con una frase que rezaba I am not famous anymore (Ya no soy más famoso) o el “performance” que hizo de #IAMSORRY en donde la gente se formaba para sentarse con él en una mesa donde tenía puesta una máscara que ocultaba su rostro.
En Honeyboy de Alma Har’el, LaBeouf escribe su propia historia mientras permanecía en un centro de rehabilitación como ejercicio de psicoterapia narrativa para confesar su infancia y adolescencia en Hollywood, desde su carrera en Disney hasta su lanzamiento al estrellato internacional en Transformers. En una industria enmarcada por la hostilidad, se suma la figura de un padre autoritario y cruel interpretado por el propio Shia LaBeouf, con el cual la directora identificó a su propio padre.
“Nunca busqué que esta película se convirtiera en algo egoísta por hablar sólo de mí. Tampoco estaba esperando que pudiera ayudar a alguien, la escribí cuando estaba completamente devastado”, dijo el actor en la sesión de preguntas y respuestas de su proyección en Sundance. En la película se muestra un diagnóstico prematuro de estrés post traumático que sufre Otis (el personaje basado en LaBeouf) pero también los intentos que tiene el personaje de resistir a la crueldad del mundo en el que vive, a través de la terapia pero también de los excesos.
Para el crítico Eric Kohn el filme logra encontrar un sentido de vida de los personajes a través de las batallas íntimas que tienen que enfrentar más allá de buscar una catarsis melodramática. “Es un fascinante objeto cultural y esencial de a quien le interesen las subidas y bajadas bizarras de un actor como él, así como una variación en las historias de crecimiento y desprendimiento familiar”, comenta el crítico.
Como una experiencia confesional, Honeyboy se vuelve el retrato personal de una figura pública buscando su reafirmación como persona en etapas tempranas del desarrollo vulneradas por la hostilidad familiar y la presión profesional de la industria de Hollywood. Dando sentido a la vida de un actor que lo encuentra en su propia expresión artística como guionista, como actor y celebridad pero también como logoterapia.
Honeyboy fue merecedora del Premio Especial del Jurado por Visión, mientras que Clemency se coronó con el Gran Premio del Jurado en la sección de largometraje de ficción estadounidense, y One child nation obtuvo el mismo premio en la sección de documental estadounidense, confirmando a Sundance como un festival de propuestas visionarias haciendo una revaloración del pasado, mostrando la oscuridad de figuras endiosadas; la contención de batallas secretas cuyos triunfos son la fe y la esperanza; de realidades veladas que han empezado a ver la luz a través de triunfantes documentales o de extraordinarias narrativas que dan sustento a las vidas privadas para continuar un diálogo de comprensión y sentido de la humanidad.
Fuentes:
- Rorke, Robert; Ted Bundy doc will chill you to the bone . Recuperado el 1 de febrero de 2019 htps://nypost.com/2019/01/18/ted-bundy-doc-will-chill-you-to-the-bone/
- Weingarten, Christopher; Why Is Everyone Talking About ‘Leaving Neverland’ and Michael Jackson? Recuperado el 1 de febrero de 2019 https://www.nytimes.com/2019/01/31/arts/music/michael-jackson-leaving-neverland-accusations.html?ref=oembed
- Kohn, Eric; ‘Honey Boy’ Review: Shia LaBeouf’s Life Story Is Now a Familiar Addiction Drama — Sundance. Recuperado el 1 de febrero de 2019 https://www.indiewire.com/2019/01/honey-boy-review-shia-labeouf-sundance-1202038223/
- Thompson, Anne; At Sundance 2019, Next Year’s Oscar Prospects Lie in the Documentaries. Recuperado el 1 de febrero de 2019 https://www.indiewire.com/2019/02/sundance-2019-oscar-prospects-documentaries-the-farewell-the-report-1202040409/
- Erbland, Kate; Sundance: ‘Clemency’ Filmmaker Chinonye Chukwu Is First Black Woman to Win Biggest Prize. Recuperado el 1 de febrero de 2019. https://www.indiewire.com/2019/02/sundance-chinonye-chukwu-first-black-woman-grand-jury-prize-1202040823/