“Reset”: de la imposición al amor

“Reset”: de la imposición al amor post thumbnail image

15 de enero de 2019

Grande es la verdad, pero más grande todavía, desde un punto de vista práctico, el silencio sobre la verdad”.

Un mundo feliz, Aldous Huxley.

En Un mundo feliz, Aldous Huxley imagina una sociedad que modifica la genética y hace uso del clonaje para controlar y condicionar a los individuos; el método Bokanowsky, donde grupos uniformes de hombres y mujeres aman lo que tienen que hacer. “Todo condicionamiento tiende a esto: a lograr que el hombre ame su inevitable destino social” [1]. En este imaginario, Huxley plantea una divisa planetaria basada en la comunidad, la identidad y la estabilidad donde el hombre es capaz de superar a la naturaleza.

El director británico Stanley Kubrick, en 1971, llevaría a la pantalla grande con gran polémica la adaptación de la novela de Anthony Burgess, La Naranja Mecánica, que planteaba el Método Ludovico, un tratamiento de “reeducación” a criminales para ser reinsertados en la sociedad. Cualquier impulso de violencia provocaría en el paciente repulsión y dolor. En ambos casos, se muestra una inquietud por estandarizar desde la “invención humana”. Huxley para buscar la “estabilidad social” y Burgess-Kubrick para el “saneamiento social”.

Si ambos ejemplos parten de imaginarios distópicos en periodos de experimentación antes y después de la Segunda Guerra Mundial, actualmente existen centros de conversión sexual donde hombres y mujeres son internados, en muchas ocasiones, por sus propios familiares que consideran a la homosexualidad como una enfermedad.

The Miseducation of Cameron Post (Desiree Akhavan, 2018), película galardonada con el Premio del Jurado en Sundance 2018 y basada en la novela homónima de Emily M. Danforth, cuenta los estragos que vive Cameron Post (Chloë Grace Moretz) en un centro de conversión sexual cristiana que a través de la culpa, motiva a sus internos a odiarse por sentir atracción hacia alguien de su mismo sexo. El filme muestra las repercusiones de estos centros que provocan desestabilidad psicológica y afectiva en los pacientes, lo que ha provocado un gran debate sobre la naturaleza de estos métodos y por ende su prohibición legal.

México no es la excepción. En un país donde reina el machismo, la homofobia y la misoginia, posicionado en el segundo lugar, después de Brasil, por más crímenes cometidos por homofobia, la homosexaulidad es más un objeto de persecución. Un país católico que defiende a periodistas debatiendo sobre si la orientación sexual es “normal”, y una Iglesia que encubre a verdaderos criminales que abusan sexualmente de menores sin que haya un juicio civil. El “crimen” de ser homosexual en México lleva a las personas al  armario de la represión sexual, al aislamiento social y a una creciente tasa de suicidio juvenil a nivel mundial, con el lugar 78 de 100, el tercer lugar en América Latina después de Brasil y Argentina, según datos de 2012 de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El pasado Programa de Diversidad Sexual de CUÓRUM Morelia 2018, presentó en su Competencia Nacional de cortometraje a Reset, del realizador regiomontano Rodrigo Martín Jaffe que llevado por su propia experiencia familiar y de su observación crítica del contexto en el que vive, construye el relato de una sociedad reseteando la homosexualidad. Co-escrito con el también productor Emilio Leija, se asoma a la historia de Manuel, un adolescente sometido al procedimiento Reset por su propia madre. Manuel a su regreso vive en un estado de depresión y repulsión por su atracción a personas de su mismo género. Es su hermano, quien lo ayudará a intentar revertir este tratamiento en una realidad distópica hiperconectada donde la diversidad es ilegalidad.

El cortometraje logró una Mención Honorífica en el Programa de Diversidad, “por un guion original sobre un futuro distópico que trata de devolver la humanidad a sus personajes y que además nos alerta de una sociedad que pretende imponer su heteronorma, ofreciéndonos a la vez, una solución universal: el amor”.

Reset (Cortesía Rodrigo Martín Jaffe)

En entrevista para el CUÓRUM Morelia, Martín Jaffe habla de lo personal que es esta historia y de cómo ha logrado conectar con el público de más de 30 festivales alrededor del mundo. “Lo que yo escribo sale a partir de los demonios a los que me tengo que enfrentar a lo largo de mi día a día. Hacer cine es una manera de librarse de ellos. Al ver una película nunca sabemos que lo que presenciamos es justo lo que necesitábamos ver. Me da gusto que la gente se vea reflejado en este corto”.

El guion que tuvo más de 20 tratamientos y contó con la asesoría de Juan Manuel González, director de la carrera de Producción Cinematográfica Digital de la Universidad de Monterrey, se inspira en entrevistas que hizo a amigos de todo el mundo acerca de sus relaciones familiares, en donde descubrió que la dominación y opresión en las familias no sólo tenía que ver por motivos de diversidad sexual sino a las dificultades a las que alguien “diferente” se enfrenta con su familia y la sociedad. “La normalización de contenido LGBT+ me parece que es muy necesaria, no sólo como una historia sobre salir del clóset o de aceptar quién eres. En este caso se trata de cómo la familia y el entorno te buscan someter aunque luego también pueda aparecer la aceptación”.

La historia provoca una reflexión emocional al abordar las relaciones familiares y lo importante que es su base armónica para la aceptación e inclusión de las minorías. “Pienso en la madre no como el personaje antagónico sino como testamento de todas estas relaciones que por diversos motivos no logran desarrollarse. Ella les dio ciertas bases a sus hijos para poder quererse y cuidarse. En las historias más tristes de familia, hay ciertos momentos donde los padres quieren a sus hijos y donde se enseñan a querer. El error que ven los padres, es cuando los hijos se descarrilan, cuando se dan cuenta que son individuos que piensan por sí mismos, que sienten por sí mismos, que pueden controlarse”.

El proyecto tenía la intención de hablar de su relación personal con su hermano menor pero desde la ficción. “Cuando lo terminamos de ver en el examen profesional, tuvimos un momento muy catártico donde mi hermano y yo nos abrazamos. A toda mi familia le emocionó. Yo había tenido conversaciones con ellos respecto de mi sexualidad. El corto ayudó a cerrar el ciclo. Especialmente mi relación con mi hermano. Fue un corto dedicado a él”.

Reset (Cortesía Rodrigo Martín Jaffe)R

Entre las referencias argumentales y visuales de Martín Jaffe destacan realizadores como Yorgos Lanthimos (The Lobster, 2015), Xavier Dolan (Les Amours Imaginaires, 2010) y Julio Hernández Cordón (Te Prometo Anarquía, 2015). “Me fascinó la idea de Lanthimos  de la creación de un mundo muy parecido al nuestro pero con un elemento distópico”. Mientras en The Lobster, la soltería es vista como innatural y los individuos deben permanecer en un hotel hasta encontrar pareja en menos de 45 días, en Reset, las personas son sometidas a un internamiento forzoso de tácticas terapéuticas de aversión que finaliza con una marca en el antebrazo de los pacientes.

Del mexicano Hernández Cordón, se inspiró en el diseño de arte de Te prometo anarquía (2015) que define como “sketchy” pero también con influencias argumentales. “Era esta historia de dos personajes en contra del mundo, contra una sociedad. La filmografía de Alfonso Cuarón también es referencia de manera indirecta por los personajes que son arrasados por el contexto en el que viven como en Los Hijos del Hombre (2006) o Y tu Mamá También (2001)”.

De Xavier Dolan, se inspira en la puesta en cámara y en el uso de recursos tanto visuales como metafóricos, como en las secuencias donde ambos hermanos imaginan que están en una playa. “Cuando vi este recurso en las películas de Dolan quise usarlo. Quizá nunca pudieron llegar hasta allá porque el ambiente donde vivían los consumió. No hay la posibilidad pero ellos construyen su propio paraíso dentro de su realidad. Como una declaración de que no importa el exterior. La playa es un fragmento de su imaginación y una aproximación a su pensamiento. A pesar de todo lo que están viviendo, están unidos y seguirán así”.

Historias por ver

Rodrigo Martín Jaffe es un director curioso, productivo, inquieto. Está en la búsqueda de un cine que muestre otros lugares, otros paisajes, otras historias de México. “Me parece que vivimos en país muy diverso y hermoso, que tiene mucho que ofrecer a nivel visual y humano ¿Cuántas historias nos estamos perdiendo por no poder voltear a verlas? La película de Ernesto Contreras Sueño en otro Idioma (2017) tiene el gran logro de ser filmada en Veracruz. En ese sentido me parece también muy importante la descentralización del cine”.

Rodrigo Martín Jaffe cierra hablando de su paso por la Competencia Nacional de Cortometraje del Programa, al que ve como un encuentro de propuestas que generaron diversidad de opiniones y de públicos. Como un programa que mira al futuro desde un presente consciente. “Por ejemplo, Un Amor en Rebeldía (Camelina de Plata 2018) de Tania Claudia Castillo proviene de un pasado y lo combina con un presente. Para algunos podría tener un aire nostálgico y para otras personas significa la oportunidad de obtener luz y no olvidar de dónde vinimos”.

El siguiente paso profesional para Rodrigo Martín Jaffe después de Reset, fue dentro del primer Concurso Puerta de la Creación, donde su cortometraje Las Estrellas También Mueren, resultó ganador. Además de continuar con la exhibición de este trabajo en festivales, también se encuentra en la elaboración de la que proyecta sea su ópera prima, una road movie de Monterrey hacia otra ciudad.

[1]  Huxley, A. Mundo Feliz (1969). Plaza y Ganes: Barcelona, p. 20.

Fuentes:

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.