Tania Castillo fue la ganadora de la Camelina de Plata al mejor cortometraje documental por “Un Amor en Rebeldía” en la Selección Oficial en Competencia del III Programa de Diversidad Sexual+ Morelia.
Hablamos con la joven realizadora graduada del CCC sobre lo que significa la lucha lesbofeminista, su proceso creativo y lo que viene en el futuro para su cortometraje y para ella.
“Un Amor en Rebeldía” retrata la vida y lucha de Yann Maria Castro, una pionera del movimiento lesbofeminista en la Ciudad de México durante los años 70s. El cortometraje documental narra las luchas políticas de la activista por normalizar una preferencia considerada enfermiza hasta ese entonces entre una sociedad conservadora y dogmática. Yann continúa su activismo hasta el día de hoy, mostrando a una nueva generación todo el camino recorrido para llegar a las libertades que se gozan hoy.
El poder de la historia de Yann cautivó a Tania, sobre todo la relevancia de un diálogo intergeneracional para conocer el camino recorrido en el activismo de la diversidad. “Conocí a Yann María a finales del año pasado y supe de su historia personal- que me llamó mucho la atención- y su trayectoria política. Me parecía que había que contarla, pues me pude identificar con ella en un sentido muy humano. También me parecía que era una historia que no estaba contada aún. Este movimiento que ella encabezó y que era importante rescatar. Que se supiera de dónde viene lo que ahora hay en términos de conquista de los derechos y las libertades de las personas homosexuales y las mujeres lesbianas”.
El patriarcado masculino es patente incluso en la lucha de la diversidad, pues la invisibilización de las lesbianas y el control sobre el movimiento es descrito por la activista. Tania buscó retratar esa lucha feminista con una visión crítica hacia dentro del movimiento: “… dentro del mismo movimiento homosexual, pasaron por un proceso que las invisibilizaba. Los hombres no querían decir: “Es la marcha de homosexuales y lesbianas” porque “homosexuales” les englobaba a todos y nosotras queremos sentirnos representadas. No sé si puedo identificarme pero sí empatizar porque al final es una lucha de mujeres.“ El acercamiento a la liberación feminista exhibe la marginalidad atroz que sufrían durante la época: “Yann me contó cosas brutales. Porque ser mujer ha sido mucho más complicado que ser hombre. Primero fueron rechazadas y luego tuvieron que aguantar un sentido de propiedad sobre ellas. Había abusos sexuales, las encarcelaban, las metían en hospitales psiquiátricos. Los hombres podían salir del clóset y ser rechazados. Pero ellas eran cautivas de sus familias”.
“Un Amor en Rebeldía” nació del encuentro de la realizadora con Yann durante un ciclo sobre la historia del movimiento de liberación homosexual mexicano de los 70s. Inmediatamente conectaron alrededor de una pasión compartida por el activismo: “Platicamos y conectamos pues yo también he hecho cierto activismo político- no feminista. Lo que ella tiene es una convicción por la lucha política que vive y es parte de su ser. Luego le planteé la posibilidad de hacer algo juntas y ya de ahí lo seguimos.”
El proceso continuó con una serie de negociaciones artísticas sobre la obra, sus significantes y lo que representa para cada una de las dos: ”Nos sentamos a hablar varias veces. Ella me pidió que le explicara cómo iba a ser el rodaje. Hablamos también de contenido. Para ella eran importantes unas cosas, para mí otras, y sí hubo un acuerdo. Al final creo que el docu es muy de ella. Fue una construcción de confianza y la confianza tuvo base en que las dos acordamos cómo hacer este proyecto. Planeamos un par de entrevistas en su casa y ya empezamos a hacer más en el rodaje”.
Quizá las nuevas generaciones den por sentado mucho del camino recorrido por las activistas de la diversidad . Tania considera que la efervescencia juvenil por el cambio y el progreso ha sido destruida por el individualismo de las redes: “Algo muy notorio y un poco triste es que en los 70s había unos ideales, unas convicciones y unos sueños por cambiar el mundo impresionantes, que ya no hay ahorita en mi generación. Había tantas cosas sucediendo, veníamos del 68; el mundo tenía que cambiar. Era gente que daba la vida por esas causas. Mucha gente perdió la vida. Creo que ahora tenemos que empezar a construir ya con una condición social muy distinta y con gente que a lo mejor no está tan interesada. Es más difícil salir del individualismo, de las redes sociales, de todo lo que nos inunda como sociedad. Creo que ahorita hay mucha falta de convicción. Tal vez nos hemos encerrado en nuestros propios mundos y al final somos nosotros quienes pueden luchar. Quienes tenemos más conciencia y más posibilidades podríamos hacerlo.”
Es en ese punto que la joven directora propone un regreso al activismo político de antaño, a dejar las medias tintas y considerar la identidad propia como una posición política, pues la homosexualidad en sí no es intrínsecamente rebelde: “Creo que para ser rebelde habría que asumir el ser gay como una posición política, como asumir el ser mujer como una posición política. No creo que sea por definición. Creo que tiene más que ver con cómo lucha uno en la vida siendo lo que es; siendo gay, siendo mujer.”
Esta lucha por la diversidad es patente en el Programa de Diversidad Sexual + Morelia. Sobre el evento, Tania se sintió sorprendida por “…la calidad de los trabajos y el programa de cortos en el que yo estuve me pareció una muy buena selección. Las películas, creo que muy difícilmente llegan a estos espacios de grandes festivales.” Sobre la ola de nuevo cine queer que llega a las salas alcanzó a apuntar que: “Es un ala del cine que tiene mucha fuerza. Las historias tanto de ficción como de documental que se están contando al respecto, no dejan de sorprendernos, además de todas estas cosas que ayudan a que entendamos dónde estamos y cómo estamos parados. Hay grandes directores y directoras que están en el tema.. Creo que es un área del cine que vale la pena y qué importa que haya espacios como éste para que se sigan encontrando”.
Tania Castillo inició el camino de “Un Amor en Rebeldía” con el pie derecho. La Camelina de Plata la celebra como un talento en desarrollo por lo que el jurado dictaminó como “una narración sencilla con un personaje sumamente poderoso que a pesar de los obstáculos y situaciones complejas que ha atravesado en su vida, mantiene intacta la ilusión, el espíritu de lucha y el positivismo, convirtiéndose en referencia e inspiración.”
En días pasados, PROCINE anunció que Castillo había sido la ganadora de la convocatoria Ópera Prima Documental, llevando la historia de Yann a un largometraje de nombre “Juntas Somos Fuertes”.